martes, 23 de marzo de 2010


NOUVELLES, Salinger



- ¿Qué tal las clases?
- Normal, les puse una canción
-Ah, guay ¿funcionó?
-Pse
-Vaya toalla




Están bien. Algunos bastante bien. Los famosos y conocidos: "Un jour rêvé pour le poisson-banane", "Pour Esmé avec amour abjection". Nada que decir sobre ellos. Pero a mí los que más me han calado son aquellos en los que abundan los diálogos. En los que tienen menos a veces se nota su yo novelista, como en "L'époque bleu de Daumier-Smith". El último tampoco me gusta mucho. Un niño sabiondo de diez años que sabe mucho sobre la vida y la espiritualidad. Dan ganas de apalearlo, así que a lo mejor está conseguido.



Si están bien los cuentos de Salinger es porque son cuentos ni más ni menos. En general cuentan lo que tienen que contar, sugieren cuando tienen que sugerir, no pasa nada, y los diálogos son irónicos pero naturales. No es nada fácil escribir diálogos. Pero a los suyos se les pueden poner pocas pegas. En " Oncle déguinglé au Connecticut", las resonancias de Fitzgerald son claras. Pijas hablando sobre tonterías que se emborrachan:



- Écoute.Pourquoi l'as -tu épousé alors?- dit Mary-Jane
-Oh!, Mon Dieu! Je ne sais pas. Il m'a dit qu'il adorait Jane Austen.


Después de leer estás dos líneas ya sabemos mucho sobre lo que hay que saber o no saber. Lo mismo en "Jolie ma bouche et verts mes yeux", conversación telefónica trivial entre un hombre con pelo gris medio dormido y un borracho. Al final parece que se resuelve todo o no se resuelve nada.

La jeune femme se pencha pour l'aider à la ratrapper avant qu'elle ne brûle quelque chose, mais il lui dit de lui ficher la paix, pour l'amour de Dieux, et elle retira sa main.







8 comentarios:

  1. No sé: debo reconocer mi ignorancia: nunca he leído a Salinger. Sí he leído a Jane Austen, en cambio, y qué decir? Me siento tan alejada de todo eso, ya. Claro que nunca se pueden olvidar los buenos ratos que nos hicieron pasar y, como oí una vez a José María Merino, lo bueno de las novelas de Jane eran los tiempos medidos.
    Lo siento, no puedo hacer comentario sobre Salinger. Nuestra vida está llena de mediocridad y ya no somos ados... Qu'est- ce qu'on va faire?

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  2. José María Merino también habló del rojo y el negro. ya casi no me acuerdo de nada. sólo de una tía rara sentada delante nuestro. ¡Qué tiempos! o más bien qué tiempos.
    Habrá que aceptarlo: "resignación, resignación, resignación" o comportarse como tal.

    o estrenar una carpeta

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  3. Estás segura de que la chica rara no era ninguna de nosotras vestida de poeta o narradora o vete tú a saber... Ay, aquellos tiempos en que pensábamos que las chicas intelectuales molaban...

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  4. no, pensábamos que los tíos intelectuales molaban ahora ya sabemos el refrán:
    " cuanto más intelectual más superficial"

    tus comentarios se apartan por momentos de los objetivos de este blog.

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  5. por cierto si quieres empezar con salinger mejor el guardián entre el centeno, que es más para adolescentes.

    y deja de entrar al blog para verle el culo a ese señor. si quieres te presento a algún alumno.

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  6. Joer, no sé por qué rechazas mi comentario. No lo volveré a hacer... Para una lectora que tienes, la rechazas, perra, arguyendo que no son comentarios propios...

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  7. no te pongas así uncool.
    eres mi lectora preferida por delante de... yo misma.

    estoy en el bureau, no hablan no hablan no hablan...
    ¿Qué les hago???????????????????????????

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  8. Pues Teddy es mi favorito, como no podía ser de otra manera.

    Salinger es un dialoguista del copón. Basta ya de recomendar El guardián entre el centeno, que es la más simplona! Que si la llevaba el asesino de Lennon, que si novela de adolescentes, que si buah. Los nueve cuentos estos son lo mejor con lo que empezar y con lo que terminar.

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